"La misión del ajedrez en las escuelas no es la erudición de sacar maestros de ajedrez. La educación mediante el ajedrez debe ser la educación de pensar por sí mismo."
Dr. Emmanuel Lasker (Ex campeón mundial de ajedrez. 1868 - 1941)
Es el gran maestro de antaño, Dr Emmanuel Lasker, quien con sus palabras deja plasmada una de las mayores facetas del ajedrez, y su gran potencial como herramienta de construcción pedagógica.
La enseñanza sistemática del ajedrez, comparte con la escuela diferentes elementos comunes, teniendo como objetivo el desarrollo del pensamiento, la enseñanza de valores y hábitos, así como aspectos significativos del carácter, en lo referente a las relaciones interpersonales y la toma de decisiones. Asimismo se destaca como una disciplina altamente beneficiosa para el desarrollo integral de los estudiantes, en tanto promueve el desarrollo de funciones del pensamiento de orden superior, como la atención y concentración, la memoria, la creatividad e iniciativa, la expresión numérica y verbal, análisis y síntesis, así como la capacidad de observación. Son múltiples los estudios realizados en torno a los beneficios del ajedrez en las escuelas (Palm, 1990; Ferguson, 1995; Liptrap, 1999; Gaudreau, 1992; Tudela, 1987; Margulies, 2007; Blanco, 1996; Kovacic, 2011), centrando su objeto de estudio en los beneficios académicos de esta disciplina, tomando como punto de referencia principal el rendimiento académico de los niños y su potencial creativo, llegando a la conclusión, que la práctica sistemática y constante de este deporte pone en juego diversas habilidades cognitivas, que si bien se pueden desarrollar en otras disciplinas, el ajedrez implica la combinación de todas ellas, desarrollando armoniosamente el potencial cognitivo de cada persona.
Se hace necesario entender el ajedrez no solamente desde la vertiente del juego, el deporte, arte o ciencia, sino mas bien como una herramienta dentro del quehacer pedagógico, en tanto su practica implica una serie de estrategias pedagógicas que apuntan hacia el fortalecimiento mental y personal del niño. El maestro ajedrecista José Raúl Capablanca, lo plantea de esta forma “El ajedrez es algo más que un simple juego, es una diversión intelectual que tiene algo de arte, de ciencia. Es además un medio de acercamiento social e intelectual. A mi juicio el ajedrez debería formar parte del programa escolar en todo el país”.
De un modo ejemplificado, podemos destacar los siguientes beneficios que se desprenden de la enseñanza sistemática del ajedrez:
· Enseñar a pensar.
· Analizar y resolver problemas.
· Crear hábitos de estudio.
· Fomentar el deseo de superación.
· Cultivar métodos de razonamiento.
· Analogía, comparación y clasificación.
· Ayudar al progreso de la imaginación.
· Memoria.
· Abstracción.
· Suscitar y fortalecer las relaciones de grupo.
Si bien, el imaginario social y educativo que rodea al Ajedrez, lo considera como un deporte que apunta a “privilegiados”, y que se desarrolla por parte de una “Élite”, este juego no tiene su centro bajo esta perspectiva, sino que se plantea desde una dinámica abierta para todo aquel que quiera integrarse, tomando en cuenta que a la hora de plantearse frente al tablero, variables como edad, género, condición socioeconómica, contextura física entre otras, no tienen un valor real. Este juego, implica un trazado horizontal frente a sus participantes.
Un elemento a considerar dentro de la practica y enseñanza del ajedrez es la edad de inicio, teniendo como referente los 5 años hacia delante, sin límite de ella; asimismo, los recursos necesarios para desarrollar la practica, requieren de un espacio dispuesto para ello, con un mobiliario adecuado, tableros, piezas, y relojes, siendo estos de una gran duración.
Se puede decir por tanto, que el ajedrez se convierte en una oportunidad de enriquecimiento pedagógico de gran valor dentro de las escuelas, teniendo en cuenta que los recursos requeridos para realizar las clases son mínimos y los beneficios importantes, buscando en el proceso contribuir con algunas de las dificultades que se observan dentro de las aulas.
Si bien en el imaginario social y educativo el Ajedrez conserva un lugar de privilegio respecto a sus potencialidades intelectuales y comportamentales, la institución escuela y el sistema educativo le demandan aún fuertemente mayores argumentos y demostraciones para ingresar al sistema.
